martes, mayo 09, 2006

De mujeres y otros desencantos encantadores! Segunda Parte

Nota: Esta segunda parte tambien es una colcha de retazos, a manera de diatriva o de elegía al sexo femenino y vuelvo a advertir no soy misógino.
Imagínese que por despecho triztesa o tusa, le da por crear un monumeto al amor que no fué, y en el intento, solo consigue hacer más grande su desdicha.
Suponga, que aplicando la frase ... en tiempos desesperados medidas desesperadas...., y en tiempos de cotice y por la presión de perder, decide, lanzanse sin medida ni temor , y lo único que logra es el desprecio de su proyecto amoroso, porque usted no calculo, lo que ella piensa, ni tampoco tuvo la paciencia... necesaria en cuestiones de conquista.
Trata de valorar la inteligencia de las mujeres y sobretodo su memoria, pero se cansa de que ellas mísmas se desvirtuen y la conversación quede en vanalidades, entonces usted se queda en la admiración para reconocer colores (imperseptibles al ojo masculino), y la capacidad de recordar chismes, y fechas familiares.
La verdad saliendo de labios de una mujer es un arma poderosa y punsante..., la verdad llegando a los oídos de una mujer (si llega o si ella la deja llegar), es el paso adelante, al filo del precipisio.
Si las mujeres se dieran cuenta de que el maquillaje ayuda a que los hombres que ven profundo en sus ojos, logran persibir sus amarguras y sus triztesas, tendríamos empresas de maquillaje con kits para disfrzarlas de payasos.
Debe existir una correlación entre la desubicación espacial y la mala conducción de las mujeres, tal vez, debido a la evolución o debido a la inseguridad y la pereza de reconocerla. (a propósito si uno dice del lado de las montañas, después de ovbiar las partes de al oriente, donde está la séptima, y por el lado donde sale el sol.... y nada?, deje así, y múdese a un pueblo que se haya degenerado en una calle larga, así les será más facil ubicarse).
Si se viviera eternamente, se podrían postponer todo tipo de decisiones, y dejar que el tiempo lime toda aspereza, pero, no somos inmortales y si del afán queda el cansancio, de la lentitud quedan las tristezas y frustraciones por el pasado.
Puede que usted tenga suerte y conozca a la mujer de su vida, pero lamentablemente eso no es garantía, para la felicidad completa ni de la tranquilidad eterna, tal vez el hecho de conocer el amor de su vida no signifique que se tenga que casar con ella.... o si?
Por increible que parezca existe algo peor a que una vieja le dé cantaleta, y eso es... Que no le dé!
Espere; El Manual para Mujeres